Óscar Solís encuentra el equilibrio perfecto entre la figuración realista, la abstracción enarbolada, el color abundante, la materia, la forma, al igual que en la exquisita belleza de sus entes metafóricos, alquímicos y sobrenaturales de quienes se desconocen sus semblantes y miradas interiores. Artista surealista.
En las obras de Ana Cuevas se narran cuentos surrealistas de largas cabelleras femeninas que se conectan al ámbito espiritual por medio de sensuales movimientos. Se tratan de finos canales sensibles que conducen pensamientos intuitivos y emociones silenciosas.
“En las versátiles, fascinantes e inconfundibles fábulas de Stefanie Schikora se entretejen diferentes personajes, llamativos estampados y ficticias escenografías que nos cuentan relatos en los que la naturaleza es una con los seres.”
Irradiaciones de luz, movimiento y color son las obras de Tzinnia Macías, pues en ellas observamos los profundos resplandores de las delicadas coberturas de acrílico que, una a una sobre el soporte, forman texturas y accidentes.
En una tesitura de ritmos visuales y finos estampados inspirados en la sutileza del lejano Oriente, Ana Miriam Peláez despliega en sus obras espacios de abstracción, de contemplación de la naturaleza, en donde lo mismo se ensamblan lunas y árboles como se conjugan geometrías orgánicas con colores de la tierra.
Las piezas de Natalia Malpica están inspiradas en su imaginación, no se tratan de escenas copiadas, sino que sus cuadros nos muestran su facultad inventiva. Cabe destacar que además de lo marítimo, pinta también flores, personajes femeninos y abstracciones con una espontaneidad muy pura.
La obra de Juan Zufiaur se articula desde una figuración lúdica hasta que culmina en una abstracción libre. De tal modo, el sello distintivo de sus piezas se caracteriza por figuras cargadas de emocionalidad que se van abstrayendo, al paso de trazos y pinceladas, en el lienzo o la escultura, según sea el caso.
Su espátula dirige coloridos vendajes de pintura, tal cual densas acuarelas, que engalanan al reino animal. No se digan las texturas del papel amate que se revitalizan con los rostros de la fauna en distintas posiciones.
La naturaleza en su infinita belleza se impregna en las obras de Leticia Blancafort. De tal manera, la artista es una hábil retratista de sus formas, consistencias, colores y también de sus complejas composiciones, principios y movimientos.
Un aspecto relevante de sus creaciones es la esmerada factura que va desde la configuración de los tonos superpuestos, el control del medio acuoso, hasta la disposición de las manchas sobre la tela.
Sin duda, la autora es una cartógrafa del paisaje citadino, una intérprete gráfica del inevitable devenir de la megalópolis… con sus accidentes geográficos, texturas, relieves y espacios humanizados.
La encáustica milenaria funge en el soporte pictórico como un tipo de alma compuesta de innumerables capas y revestimientos de colores, accidentes, combinaciones, formas, cadencias y texturas.
Las abstracciones de Roxana Albanese poseen múltiples sentidos estéticos, los cuales se guían por colores selectos y patrones visuales estudiados. De tal manera, la artista elige paletas concisas que, no obstante su sencillez, le permiten expresar la impetuosidad y solidez de lo abstracto.
Sus pinturas se extienden por los confines de su alma. Entre coloridas capas de acrílico, hojas de oro y plata, así como arenas y polvos se asoman marcas de espátulas, pinceles y brochas.
La creadora sublima en sus trazados un sinfín de emociones, así como una dureza poderosa que emerge a través de las figuras, los contornos y las siluetas. Existe además, un dinamismo latente de incontables pinceladas, magistrales combinaciones e intrépidas conexiones entre relieves y materiales.
Las atmósferas de Anabel nos presentan realidades a destiempo y ritmos con pausas de colores. Asimismo, la cadencia de sus pinceles da lugar a múltiples interpretaciones, perspectivas e historias de color.
El arte de Cristina Torres se basa en una serie de complejas y coloridas manchas abstractas que gozan de intuiciones profundas, expresiones francas y personalidades propias. Éstas, le permiten, según sea el caso, evolucionar a distintas gestualidades, texturas, planos y paletas.
Cristina Arnedo relata impresiones muy íntimas y psicológicas en sus obras, asimismo, busca lo inadvertido de la realidad y los entramados de sus vivencias en retrospectiva y en prospectiva; nudos y tejidos suaves; luminosidad y penumbra.
Es una osadía pintar abstracciones, en su estado virginal, así como realizar imágenes intrépidas y desconocidas que se infiltran hasta lo más profundo del espíritu.
Las depuraciones formales de las esculturas de Gabriel Rivera nos hablan de la figura humana, así como de los contornos orgánicos. De tal modo, su lenguaje se basa en la curvatura de la línea y en el juego continuo de los trazos circulares.
Cecile Dutilly procura la línea curva y biomórfica en sus esculturas, por ejemplo, en sus caballos que describen en el barro sinuosidades infinitas, cuerpos ondulantes y una forma general que redondea en la abstracción.
Los intrigantes personajes de Sandra Correa son pequeños hombres que se sientan a abstraerse en sus pensamientos, a observar el ruido de su mente, quizás en interminables soliloquios o en ideas que vienen y van.
Sus esculturas rectangulares fungen como caprichosos pergaminos que se retraen, papiros que se resisten a extenderse, así como pliegos de papel coloridos que se arrugan. En ese sentido, sus obras son ricas en relieves y ritmos visuales.
Entre la poesía de los colores, lo irregular de la superficie y una serie de elementos compositivos Katia Sámano crea lúdicamente sus obras. Si bien, en ellas hay múltiples capas de pintura, ya sean óleos, acrílicos, acuarelas, encaustos, entre otras, así como diversos materiales que se van intercalando como alegres instantáneas, semi transparencias, o finas películas de color.
Los retratos de la naturaleza de Margarita Félix representan a seres maravillosos y completos, que nos cuentan grandes historias y que depende de cada quién el interpretarlas o conocerlas.
La armonía femenina de su paleta le permite expresar de manera bella, lo más interno de su ser. En sus trazos se descubre a ella misma, ilumina sus vivencias, colorea sus experiencias y nos comparte su espíritu multicolor.
La autora combina paisajes urbanos que se entrelazan, aparecen, desaparecen, se atiborran de edificios, al igual que inventan caminos, mundos imaginarios y escenarios ficticios. En general, en su obra proyecta una alegría por la vida, una algarabía por la existencia.
Sus abstracciones son vientos coloridos que soplan desde su alma. En ocasiones arrastran texturas y relieves rojos, blancos, azules y ocres. Otras veces son una suave brisa que acaricia la tierra pintada de naranjas, cafés, amarillos, celestes y grises.
El lente de Francis Villarreal se mueve por entre diversas perspectivas, explorando tanto el retrato de lo citadino como de lo natural. De ese modo, en ese crisol de imágenes se aprecian desde ángulos del folklore y la riqueza cultural de México hasta tomas estudiadas de otras latitudes
Por entre los claroscuros de la memoria, Roni Ades retrata tanto la riqueza milenaria de Oriente próximo, con sus rostros y misticismos, como lo fascinante de las figuras de la música contemporánea.”
La mirada fotográfica de Alejandra Capistrán nos llena el espíritu de luces y sombras que contastan con el mundo real que observamos a diario.
Artista cubano interdisciplinario que sensibiliza al espectador a través de sus imágenes, ya sean fotografías puras o intervenidas, así como pinturas, esculturas, diseños y filmes.
Las abstracciones de Luly Santos florecen en sus telas como sublimes encuentros entre lo natural y lo abstraído. De tal manera, a través de un lenguaje pictórico totalmente alejado de la representación realista pinta a la naturaleza.
Las abstracciones de Julio César te atrapan, engañan y te enredan entre altas y bajas visuales, entre misteriosas consistencias, ya que poseen una rara luminosidad y una singular opacidad.
Un gesto lleva a otro, hasta que conforma una elaborada expresión abstracta de estruendos de colores y silencios en contraste con perlas, piedras preciosas y demás elementos de joyería.
Manuel Miguel funge como un chamán que se comunica con los personajes de su pintura. Si bien, en ella describe la manifestación de deidades antropomorfas y zoomorfas, sus poderes sobrenaturales, así como el misticismo que emanan.
Ivette Olivares es una antigua retratista que pinta desde lo más meloso y pretencioso hasta lo más impensado y súbito. De tal forma, en sus cuadros aparecen referencias del Medievo clásico o del enigmático Lejano Oriente.
El gozo por vivir está latente en la obra de Edda Clasen, pues la paleta de colores que utiliza irradia una magia prismática y una calidez universal.
En sus obras apreciamos hermosas mujeres con el torso desnudo mostrándonos la sensualidad de sus rostros, pechos y pubis, a la vez que esferas de vidrio que conforman un complejo imaginario que se distingue por el artificio de sus elementos.
La poesía con la que Kiki Munch traza al lápiz suelto las miradas profundas, los rostros expresivos, las vestimentas detalladas y los bellos cuerpos es tenue, al mismo tiempo que acentuada.
“El reflejo de los dilemas que me conmueven emergen sobre mis propias obras, representando la figura humana como elemento primordial
que intento plasmar con acentuada expresividad”
Los retratos de Gabriela Acosta irradian una luz propia, como si estuvieran iluminados por dentro. Ese destello particular nos conecta con una agradable sensación de bienestar y armonía.
Como un día primaveral o una tarde veraniega son las obras de Mandinka. El Sol nunca se pone en ellas, ya que apreciamos a plena luz la exuberancia de la naturaleza, la imaginación y la vida colorida por doquier.
Los animales y los niños de sus lienzos nos observan con inocencia y plenitud hasta el grado de cerrar sus ojos. Los primeros los traza desdibujados, hermosos e ingenuos, mientras que los segundos en la placidez del sueño.
La pintura de Alejandra Favela manifiesta una realidad enfocada en algunos aspectos de lo cotidiano, lo problemático, en la infancia, en ciertos duelos, en recuerdos de las historias personales y, sobre todo, en el espacio íntimo e inconsciente.
La artista rescata desde los procedimientos renacentistas de técnicas como el temple o el grabado, la elaboración decimonónica de pinturas al óleo en tubo, hasta la preparación más contemporánea de acrilatos.
Entre sus temas figurativos destacan las calaveras, éstas representan, para la autora, a seres descontextualizados de lo mortal, del final, del más allá. Más bien, aluden a la facultad humana de reinventarse constantemente.
Las obras de Verónica Vicario verdaderamente nos conectan con la naturaleza de una manera intuitiva y sensible.
Para Christa, la imagen pictórica posee una significación intelectual que puede expresarse en ricas tonalidades, complejos ritmos, elementos matéricos, collages, recortes, ensambles, texturas, materiales y varios objetos intervenidos
En sus transgresiones plásticas, Wicho incorpora algo de violencia, rebelión, locura y clamores desesperados. Son sus demonios, a medio exorcizar… sus fantasmas y monstruos agitados, afligidos y descontrolados, al igual que sus miedos más remotos que nos observan, entre lo sombrío.
Enrique Pichardo extiende brazos, piernas, su ser entero para bailar entre chamanes y creaturas prehispánicas. Quizás se tratan de personajes de la vasta Mesoamérica. A lo mejor son personalidades tribales del inconsciente colectivo.
Sabedor del espíritu del agua, de sus movimientos, sus lenguajes, sus gestos y sus comportamientos con el acrílico, el high gloss y demás materiales, Salomón Cohen es un alquimista, más que artista.
Carlos Jasso es un hacedor de caminos de luz. Blancos, claros y angostos senderos recorren sus lienzos de norte a sur y de este a oeste. El cruce de rumbos a veces es incierto, otras predecible, otras trunco y otras más continuo.
Su arte alude a lo intuitivo del día a día, a su visión personal de la existencia y a su vocación espiritual por simplificar lo real en tonos, matices, trazos, pinceladas, líneas, sombras, luminiscencias, contornos y siluetas.
Fernanda Cervera busca el balance de los colores neutros, reflejando en los claros la luz que nos caracteriza como seres humanos, sin dejar de lado la oscuridad que llevamos dentro y que debemos apreciar y reconocer para transformarnos.
Las pinturas de Lucía Sáenz son tejidos vivos que se mueven, transpiran y escurren por las telas. Por ello, sus lienzos son campos fértiles de infinitas combinaciones de colores. Llama la atención que muchas de sus obras empiezan con tonos fríos y terminan con cálidos o viceversa.
Gabriella Ramírez Vázquez es una coleccionista de imágenes, una buscadora precisa de texturas y una indagadora sensible de los rasgos de la naturaleza, pues a través de miles de fotografías investiga diversos colores y tonalidades, explora los relieves de los materiales y examina sus formas y contornos.
Los rostros de Aurora Rebeca expresan emociones positivas, nos observan en paz y nos transmiten serenidad. El asombro de su mirada se fascina en figuras geométricas, colores fluorescentes y tonos primarios.
Es una conocedora de la piel y el alma de los lienzos, por ello, los abre y los resarce para sanarlos... escribe en ellos con una paleta que va madurando al paso del tiempo y relata con matices y luminosidad historias personales.
¡Quiero comprar obras de arte de esta artista!
¡Me encantará saber de ti y ayudarte mediante una asesoría, venta o publicidad de tus obras!
We use cookies to improve your experience and to help us understand how you use our site. Please refer to our cookie notice and privacy statement for more information regarding cookies and other third-party tracking that may be enabled.